miércoles, 9 de mayo de 2012

POEMA CONTRA EL ESTRÉS

Oleo de Richard S. Johnson

POEMA CONTRA EL ESTRÉS

DELFINA ACOSTA

Para pasar el tiempo sin temor
a que este día sea un día más
en que no hay risa ya sino el ruido
molesto de tus tristes pensamientos
reposa sobre un pasto verdecido.
A ti vendrán los lirios caminando.
Y un perro de su amo extraviado
te lamerá los pies alegremente.
Y la canción de un pescador que trae
del río pejerreyes traerá
a ti también el pueblo y las contentas
y largas campanadas de la iglesia.
!Sin el apuro eterno de quien corre
al despertar para seguir corriendo
descansa y ten en cuenta que la vida
es sólo este momento hermano mío!

jueves, 3 de mayo de 2012

LA LEY DE LA PALABRA


Fotografía de Alexander V. Ivanov

LA LEY DE LA PALABRA

DELFINA ACOSTA

Una hormiga poetisa alzó la voz
y dijo a la comunidad un día:
Convengamos hermanas en que el aire
se llena con poesía pero a veces
de los brotes de hojas salen versos
que son como la arena y que se meten
en los ojos del ciervo y los irritan.
Y hay versos que cargamos diariamente
como las propias migas y nos cansan
mientras a su colmena las abejas
alegres llegan. ¡Ah... tener sus alas!
Y la comunidad oyó atenta.
Y un búho en un iluminado olmo
por la faz de la luna la escuchaba.
La lei de la poesía se resume
en que ella vuele, sentenció la hormiga.
Y el viejo bosque y sus discretas bestias
soñaron esa noche que eran versos.

POEMA A LA PAZ



Fotografía de Serguei Leonov
 
POEMA A LA PAZ
 
DELFINA ACOSTA
 
Voy sin apremio alguno por el mundo.
Conozco ya la piedra que echa al suelo
a los soberbios y a los vanidosos.
Esquivo aquella inútil compañía
del charlatán y encuentro que es posible
sentirse más alegre estando a solas.
Atiendo las pisadas de las gentes
humildes. Hay caminos que te llevan
muy lejos o hacia atrás te empujan siempre.
Aquel silbido de los eucaliptos
me dice su verdad y sin embargo
prefiero el buen silencio de una estrella.
Celebro bodas con la mar mas beso
la boca de los cielos esta noche.
Mi copa ya rebosa ciertamente.
!Señor, Señor, en paz estoy contigo!

miércoles, 2 de mayo de 2012

CREACIÓN



Oleo de Joaquín Clausell
 
CREACIÓN

DELFINA ACOSTA

En mi imaginación despierta un prado
y baja suavemente alguna estrella.
Pensar que corre un río de olas claras
a donde yo llegar quisiera un día.
Trabajo no me cuesta: facilmente
al río me adelanto y soy las aguas
de las que bebe un ciervo de aquel prado.
Y pienso más y en tanto voy pensando
se me aparece un bosque que me llama
con los gorjeos de las aves.
Soy de pronto el bosque ya. Y siendo el bosque
también la lluvia soy que se desliza
por los leñosos troncos de mis árboles.
Venid a mí, animales de la Tierra.
!Venid leopardos, búhos, cebras, lobos,
y celebremos ser la creación!

martes, 27 de marzo de 2012

ALEGRÍA

Fotografía "Statue Rest", de Irene Suchoki

ALEGRÍA

DELFINA ACOSTA


Ha sido necesario que cayera
en tierra de lombrices la semilla
y que lloviera y que pasara el tiempo
para que nos volviéramos un árbol.
Las oscuras hormigas nos trajinan.
El viento del otoño nos arranca
las hojas pero pronto llegará
la primavera y flores como rosas
nuestras delgadas ramas poblarán.
Los hombres morirán, se irán cayendo
las viejas casas y este mismo pueblo
querrá tumbarnos con el hacha un día.
Qué importará pues tras las golondrinas
aunque seamos árbol volaremos
y posaremos sobre un camposanto.
!Y en ese sitio nos convertiremos
en sombra, aroma, trino y alegría!

martes, 20 de marzo de 2012

AVANTI

Fotografía de Serguei Leonov

AVANTI

DELFINA ACOSTA

Por poco no caí. Espantosas flores
crecieron donde fui a regar jazmines.
Las noches se volvieron en mi contra
y cuando en derredor los animales
dormían santamente yo observaba
la Luna y un temor de pobre bestia
que sabe que será sacrificada
de mí se apoderaba. Pero vino
un agua sosegada a mi existencia.
Y el cielo me acercaba sus estrellas.
Y pude retener con ambas manos
los astros que otros días vi tan lejos.
!Si sientes que tus días no son tuyos,
que todo está perdido y que la Tierra
se abre bajo ti, recuerda hermano,
que no caerás en tanto estés con vida!

martes, 28 de febrero de 2012

ÓYEME

Oleo de Van Gogh


ÓYEME

Delfina Acosta

Mi voz va en busca ya de tus oídos.
Yo sé que te castiga ese silencio
de Dios. No hay rama seca que se rompa
haciendo suponer que Dios camina
detrás de ti, por tan oscuro bosque,
y encienda en tu mirada una esperanza.
Pero no importa, súbete a mi canto.
Y cree. Sólo cree y se abrirán
las olas a tu paso y se pondrán
los cielos a tu diestra. La tristeza
se irá por donde entró y algún jazmín
ocupará su sitio y nuevamente
las flores imposibles de tu vida
darán su aroma en tu pequeño huerto.
Estoy aquí llamándote mi hermano.
Tan sólo calla al viento y óyeme.

martes, 21 de febrero de 2012

STOP

"El grito". Oleo de Edvard Munch.

STOP

Delfina Acosta

No vayas a drogarte. Te lo advierto.
Horrible cruz arrastra el drogadicto.
Sus días son caídas al infierno
que quitan de sus ojos las pupilas,
y de su boca arrancan lengua y dientes.
La vida todavía es paraíso.
Observa cómo caen las estrellas
del silencioso cielo y cuanta luz
de aquella voz de quien muy lejos canta
emana recorriendo la cintura
de todos los jazmines florecidos.
Si te contaran cómo sin morir
muriendo estaban esas pobres gentes
que se drogaban y después murieron.
¡Si te contaran! Óyeme un instante:
Horrible cruz arrastra el drogadicto.

martes, 14 de febrero de 2012

RAZONES


Oleo de Pablo Gandarillas

RAZONES

Delfina Acosta

Hay días melancólicos, lo sé.
Y días en que en paz transcurre el alma
porque Jesús sus ojos clava en mí.
Un leve aroma de jazmín que se abre
al viento va al encuentro de un cantar
que pasa. ¡Ay si supiera las razones
de las pequeñas flores, de los pinos,
de aquel tendido cielo sobre el ave
nocturna que a otras llama con chistidos!
Me cuesta el mundo a veces pero encuentro
que aún ligera de las cargas voy
por los caminos que otra gente anduvo
tan triste, tan cansada y cabizbaja.
Me place esta mañana silenciosa.
Pasaba yo al infierno acostumbrándome.
Y ahora me habitúo ya a los cielos.

martes, 7 de febrero de 2012

GOLONDRINAS

Pavel Rusanov

GOLONDRINAS

Delfina Acosta

Está la lluvia por caer y el viento
agita las violetas y los lirios.
El mundo mira por el ojo oscuro
del nubarrón y cae hasta la boca
del viejo aljibe que las risas guarda.
Y qué alegría contemplar el vuelo
de aquellas golondrinas que parecen
que vienen a buscarme. Si me llevan
sobre las hierbas frescas y aromadas
o sombras de abedules que me dejen.
Las pertenencias de la lluvia son
innumerables y no sé decirlas.
No es solamente el agua. Algún jilguero
buscando estoy para besar su boca.
Ya son las cinco de la tarde. ¿Escuchas
el retumbar ardiente de los truenos?

viernes, 3 de febrero de 2012

LAS GARZAS


"Garzas sobre el muro". Oleo de Jorge Manuel Varela

LAS GARZAS

Delfina Acosta


Ayer llegaron garzas a un gran árbol
que cerca de mi hogar esparce sombra.
Presté curiosidad a sus chistidos.
Al rato me cansé pues yo procuro
aquel silencio de la luz cayendo
sobre la vieja iglesia de mi pueblo,
para mi vida así, en estas horas,
en que la gente dice mucho y nada.
Y está el silencio aquel de las estrellas
que suelo escudriñar para acercarme
un poco más a ti, mi Dios altísimo.
Me hablas noche a noche y te respondo.
Y ahora te pregunto si podrías
bajar hasta mis labios la palabra
que es agua pura. Es tan de humana flor
que lluvia aguarda mi alma muchas veces,
¿Te has dado cuenta, mi Señor, por fin?

martes, 17 de enero de 2012

UN DÍA TU DIJISTE

Imagen tomada de: Todo sobre Pablo Neruda



UN DÍA TÚ DIJISTE...

Delfina Acosta

A Pablo Neruda

Un día tú dijiste: soy feliz.
La tienda azul del mar es mi camisa.
Junté en mi percha todo de este mundo:
el torso del océano y la brisa.
Te fuiste a caminar alegremente
por Chile entero dando Buenos días
al vendedor de anzuelos y pescados,
a la mujer inmóvil de la esquina,
que abrió, feliz, sus ojos, al oírte,
y abrió, también, de golpe, su sombrilla,
al sastre que lustraba un saco a cuadros,
y a la virtuosa ronda de las niñas.
Mas para ti no ha sido aquello mucho.
Te diste a hablar también a las semillas
de lo que luego fue un oscuro bosque,
y aquel carbón del pobre vuelto chispa.
Ah... cuánto conversaste así Neruda.
Qué alegre y corto se te puso el día.
Y aún quisiste hablar con el silencio
para escuchar el oro de su risa.
Después de hacerse tarde regresaste
a tu conciencia de una flor con firma.
Cenaste. Te acostaste. Las estrellas
en tu ventana, aguadas, sonreían.