"Garzas sobre el muro". Oleo de Jorge Manuel Varela
LAS GARZAS
Delfina Acosta
Ayer llegaron garzas a un gran árbol
que cerca de mi hogar esparce sombra.
Presté curiosidad a sus chistidos.
Al rato me cansé pues yo procuro
aquel silencio de la luz cayendo
sobre la vieja iglesia de mi pueblo,
para mi vida así, en estas horas,
en que la gente dice mucho y nada.
Y está el silencio aquel de las estrellas
que suelo escudriñar para acercarme
un poco más a ti, mi Dios altísimo.
Me hablas noche a noche y te respondo.
Y ahora te pregunto si podrías
bajar hasta mis labios la palabra
que es agua pura. Es tan de humana flor
que lluvia aguarda mi alma muchas veces,
¿Te has dado cuenta, mi Señor, por fin?
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