
INSECTOS ENAMORADOS
Delfina Acosta
Era un gusano que en las altas noches
de mí se enamoraba por creer
que yo tendría el fruto de su amor
en mis entrañas y no pudo amarme
pues yo mi corazón confuso di
al viento que entreabría mi ventana.
Y era un murciélago colgado siempre
del techo de mi alcoba que me amaba
por perdonar su vida y nunca supo
que no le tuve asco. Son los hombres
que cortan la cabeza de su prójimo
en esa causa que se llama guerra
los padres del horror y el asco mío.
Y fueron los insectos y un batracio
que en el jardín mi nombre repetían.
Mi corazón entonces di a un cometa.